Universidad Católica Boliviana "San Pablo"
Proyecto de grado – Camila Vargas Aguilera 58 Los efectos provocados a corto plazo o agudos (exposiciones a cantidades elevadas de disolventes en periodos de tiempos cortos) suelen ser alteraciones reversibles si cesa la exposición. Son fundamentalmente: Irritación ocular. Irritación del tracto respiratorio superior. El contacto con la piel puede provocar eczema e irritación cutánea, ya los solventes disuelven las propias grasas de la piel. Efectos sobre el sistema nervioso central (SNC), como somnolencia, dolores de cabeza, náuseas y vómitos, mareos, etc. Si la exposición a elevadas cantidades se prolonga, los efectos sobre el SNC pueden acarrear la pérdida de conocimiento y provocar la muerte. Los efectos a largo plazo o crónicos (exposiciones frecuentes y en periodos de tiempo largos), aunque igualmente muy graves, no son tan evidentes. Muchas veces los síntomas leves iniciales como lagrimeo, mareos, disminución de la comprensión, etc., son atribuidos a la edad, a los hábitos sociales o a otras causas subjetivas exteriores. A largo plazo los disolventes pueden tener efectos tóxicos en casi todos los órganos del cuerpo humano: Efectos en el sistema nervioso central. Efectos en los riñones. Efectos en el sistema digestivo: pérdida de apetito, náuseas, mal sabor de boca, incluso algún disolvente puede tener efectos en el hígado. Efectos en los pulmones dificultad respiratoria. Efectos en la piel: casi todos los disolventes pueden ser absorbidos por la piel normal, produciendo enrojecimiento, urticaria y sequedad. Cáncer: algunos son cancerígenos (tricloroetileno) y otros pueden facilitar la aparición de tumores. Efectos sobre la reproducción y el feto: se sospecha que el tolueno puede producir daños en el feto. En general los disolventes pueden transmitirse al niño por la leche materna durante la lactancia.
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