Universidad Católica Boliviana "San Pablo"

Anexos UCB – Ingeniería Industrial Ronald Terceros Ovando 201 ANEXO 7 Tornan desecho de arroz en oportunidad comercial A diferencia de la cascarilla de trigo o salvado, cuya fibra es saludable para el aparato digestivo, la del arroz no es comestible, por su alto contenido de sílice. Este sólido cristalino, también conocido como dióxido de silicio, se encuentra en distintas especies de minerales como el cuarzo, y es el componente principal de la arena. Al fundirse con otros óxidos metálicos, genera diferentes variedades de vidrio y se utiliza en la fabricación de cementos y materiales cerámicos. Por esta característica, la cascarilla del arroz tiene aplicaciones limitadas: en Estados Unidos no puede emplearse más de cinco por ciento en la alimentación de animales, y en México también se aprovecha en muy baja proporción con ese fin. Aunque a veces se maneja como combustible, es un material totalmente inadecuado para este uso, porque presenta una elevada resistencia al fuego. Es así que la cascarilla del arroz, que forma la tercera parte de las cosechas, por lo general se convierte en basura. Según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi), el año pasado la producción mexicana de arroz fue mayor de 404 mil toneladas, y su cifra de desechos se calculó en 110 mil toneladas aproximadamente, refiere el doctor Víctor Manuel Castaño, director del Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada de la Universidad Nacional Autónoma de México (FATA- UNAM). Ante tal desperdicio, los investigadores de FATA decidieron convertir este problema de residuos agroindustriales en una oportunidad tecnológica, y desarrollaron un material aglomerado a base de cascarilla de arroz, que puede

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