Universidad Católica Boliviana "San Pablo"
22 las cárceles de partido, estaban ubicadas en las principales ciudades de la República, en ellas cumplían condenas, los reos sentenciados a presidio y arresto; también servían para custodiar a los detenidos, mientras duraban sus procesos. La primera cárcel que se construyó en Bolivia por mandato de la Asamblea Constituyente de 1826, fue la de Potosí; cuyo reglamento de funcionamiento fue aprobado en noviembre del mismo año. En 1844 el Gobierno decide construir un panóptico nacional en el cantón Tiquipaya de Cochabamba. En 1846 el Congreso aprueba mediante Ley el presupuesto para la construcción de este panóptico, con el cual, se empieza la construcción, pero nunca llega a concluirse. En 1885, surgieron nuevas instituciones destinadas a la vigilancia interna de las ciudades, convirtiéndose en un aparato de poder del Estado, que tenía como funciones: cumplir y ejecutar la Constitución, las Leyes y acatar las órdenes del Gobierno. Sin embargo, a pesar de la creación de nuevas instituciones y una transformación en el sistema de régimen penitenciario, el sistema carcelario del país no pudo ser susceptible a cambios dentro de los establecimientos penales, llamados cárceles, convirtiéndose en focos de corrupción moral, “escuelas del crimen”. En el siglo XX, con el inicio de la reforma legislativa a inicio de los años 90 y teniendo como fundamento los convenios internacionales en materia de Derechos Humanos, Bolivia presenta un proceso real de cambio en el sistema carcelario, que empieza a dar sus primeros frutos con la construcción de cárceles modernas como la de Chonchocoro en La Paz, Moros Blancos en Tarija, Abra en Cochabamba y Cantumarca en Potosí. Este cambio es la consecuencia de Leyes Penales modernas aprobadas en esta década, como son: el Código Penal, el nuevo Código de Procedimiento Penal y la Ley de Ejecución de Penas y Supervisión, que propugnan el sentido de rehabilitación y de reinserción social de la pena. Sin embargo, la falta de recursos materiales y la falta de personal especializado convierten a la reinserción social en un simple postulado lírico (Pinto, 2004). Actualmente, en Bolivia la situación penitenciaria como en muchos de los países de América Latina y el Caribe, es totalmente ineficiente existe un deterioro notable en los equipamientos destinados para la internación de los reclusos, problema que se ha ido desarrollando desde décadas anteriores, escapado del control y la supervisión de los organismos e instituciones del Estado. Dando como resultado los evidentes problemas y situaciones, que en la actualidad afecta a los centros penitenciarios de todo el país.
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