Universidad Católica Boliviana "San Pablo"
20 1.2 Evolución histórica En la antigüedad, a quienes cometían delitos se le atribuían defectos físicos y mentales; muchos de los casos eran considerados producto de rasgos hereditarios. Tal afirmación hoy en día es rechazada, y se concluye que el delito se aprende y no se hereda (Reinserción Social de Adolescentes Infractores, 2004). De acuerdo con Alfredo Plazola (s/f), las primeras culturas concibieron espacios para reclusión como lugares de castigo. Los griegos (s. V a.C.) utilizaban espacios que eran salones de grandes dimensiones o cámaras subterráneas. En Jerusalén (s. VI a C.) existían tres instituciones de carácter diferente, como la Beth-ha-keli (casas de detenidos); Beth-ha-asourin (casa de condenados); y Beth-ha mahpecheth (casa de encadenados de manos y pies)”. (p 639), muchas de estas se construyeron a modo de cisternas subterráneas, con un único ingreso por un agujero cenital, así como la cárcel romana de Mamertina, también conocida como Tullianum (640 a.C.). Figura 01: Cárcel Mamertina Fuente: López, 2006 Figura 02: Interior de la mazmorra Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Mazmorra Ferraro López (2006) afirma que en el Medioevo la situación no cambiaría mucho las torturas y asesinatos; el castigo confinaba al reo a pozos de desperdicio, calabozos y mazmorras de fortalezas, modificadas para su función carcelaria. Entre el siglo I y X d. C. se tenía la necesidad de controlar y asegurar el almacenamiento de individuos. “Esto dio origen a los primeros espacios cerrados carentes de iluminación y ventilación como sótanos, pozos, huecos de grandes construcciones de palacios, castillos medievales y monasterio y espacios
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