Universidad Católica Boliviana "San Pablo"
14 INTRODUCCIÓN Un centro de reintegración social es un establecimiento para corregir el comportamiento, rehabilitar, educar, reformar a menores de edad que han cometido algú n delito. Asimismo, se define como el lugar donde el menor es aislado con el propósito de transformar su conducta. Según Vargas y Aguilar (s/f) la delincuencia juvenil es un problema con diferentes facetas. El problema social, cuando representa un fracaso de la educación en la sociedad, en tanto se corrompen las reglas para la convivencia pacífica y la seguridad de los ciudadanos. Es un problema económico, cuando los comportamientos delictivos atentan la propiedad privada o cuando promueven una economía basada en negocios ilícitos como el narcotráfico, el secuestro, el robo de autopartes, la piratería, el fraude y el chantaje. Es también un problema político porque constituye un reto para el estado, ya que tienen que desarrollar estrategias para prevenir y tratar (Vargas y Aguilar, s/f). En Bolivia de acuerdo con datos proporcionados por la Dirección Nacional de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), en el Observatorio Nacional de Seguridad Ciudadana (2013), se tiene registrado un total de 762 pandillas juveniles en las ciudades capitales de departamento (excepto Trinidad e incluido El Alto), de los cuales la población masculina representa el 79% y la femenina el 21% (Ciudad segura, 2013). Los comportamientos delictivos más frecuentes en los jóvenes están relacionados con las pandillas, Seis de cada 10 jóvenes pandilleros se dedica a robos, hurtos, atracos y peleas callejeras; y el 4,1% está conformado por cogoteros, que cometieron asesinatos, homicidios, secuestros y violaciones bajo el consumo y el tráfico de drogas. Estos datos demuestran la falta de políticas de prevención para evitar el aumento del número de delincuencia tanto en Santa Cruz como en toda Bolivia. El código Niña, Niño y Adolescentes, promulgada en 2014, establece el Sistema Penal para Adolescentes desde los catorce hasta antes de cumplir los dieciocho años de edad acusados de cometer delitos tipificados en el Código Penal Boliviano. A fines del mismo año cientos de jóvenes entre las edades mencionadas estaban presos junto con los adultos en las cárceles, debido a la falta de suficientes instalaciones juveniles específicas. Presuntamente, reclusos adultos y policías abusaron de reclusos menores de edad. Los programas de rehabilitación para delincuentes juveniles u otros prisioneros permanecieron escasos (Derechos humanos, 2015).
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