Universidad Católica Boliviana "San Pablo"

44 Celdas como las de San Sebastián Varones, en Cochabamba, con un tamaño que bordea 1 metro por 2 metros y 1,20 de altura, donde el preso incluso puede vivir con su familia, o celdas como las de la sección Posta en San Pedro de La Paz o Palmasola en Santa Cruz que son prácticamente departamentos horizontales con todas las comodidades. Es que la sobrevivencia penal de los prisioneros ha llevado a la necesidad de comercializar internamente las celdas y por tanto de acuerdo a las reglas del mercado vigente, como en ningún otro lugar, el metro cuadrado de vivienda-celda es el más caro del país y por tanto sólo los que poseen mayores recursos familiares o producto de su forma de vida, pueden poseer los mejores y mayores espacios. Aun así, si nos detenemos a ver la cantidad de espacio total existente en cada recinto penitenciario, principalmente los más antiguos que suman un 80%, encontramos que los espacios formales y adecuados para celdas penitenciarias se han multiplicado en múltiples partes no sólo en el crecimiento horizontal sino también vertical pues hasta la altura de muchas celdas tiene menos de 1,20 metros lo que quiere decir que sus ocupantes viven en ellas como en cuevas a las que deben entrar en cuclillas (es el caso de San Sebastián Varones y San Antonio en Cochabamba). En el caso de las llamadas carceletas de frontera, los prisioneros son detenidos, en teoría, circunstancial y provisionalmente mientras pasan a prisión formal en la capital de departamento, ocurriendo en realidad que pueden pasar muchos meses en ese lugar en un “impasse legal” y bajo las peores condiciones. Es el caso de Riberalta, donde a más de estar alojados en las dependencias policiales, los 39 prisioneros se encuentran repartidos en 3 celdas que no exceden los 4 por 4 metros, con techo de calamina, bajo una temperatura promedio de 38 grados, y con tan sólo el derecho de una sola salida de media hora al día. Sin embargo, hasta ahora no existen noticias sobre un Director que haya rechazado el ingreso de nuevos internos a un centro hacinado, pese a que, si la Dirección de Régimen Penitenciario pudo realizar informes con porcentajes de hacinamiento, es porque existe efectivamente la determinación de la capacidad máxima posible en cada uno de los centros penitenciarios. Es una norma que en su cumplimiento ayudaría a confrontar a las autoridades con la inhumana realidad penitenciaria. Además de la celda como hacinado espacio de vida, también podemos referirnos a la celda como espacio de trabajo donde cientos de artesanos se encuentran trabajando gran parte del año para lograr el sostenimiento familiar y propio en el espacio penitenciario. Pequeños talleres que en temporadas altas pueden congregar un trabajo en cadena para cumplir con

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