Universidad Católica Boliviana "San Pablo"
43 Las que se consideran en buen estado cubren un 30% del sistema penitenciario y contemplan, además de algunas edificaciones de comienzos de 1990, casas improvisadas expropiadas al narcotráfico que han sido convenientemente adecuadas por los propios prisioneros y con sus recursos, por supuesto, para lograr el estado en que se encuentran. Incluso se cuenta en esta categoría un exburdel expropiado a un proxeneta, la cárcel de Arocagua en Cochabamba, con la que luego de casi 5 años de funcionamiento el Estado acaba de perder el juicio ante el propietario y está obligado a devolverlo; los prisioneros, por su parte, se niegan a abandonar el recinto, pues han hecho inversiones propias para vivir en ese espacio penal. Encontramos otro 30% que son las edificaciones históricas y derruidas que se sostienen por la voluntad de los prisioneros de mejorar sus condiciones de vida, y sin embargo bajo el propio riesgo de su vida. Son ex-haciendas, simples casas adecuadas, monasterios o como el caso de San Pedro de La Paz, el único penal construido en 1895 con ese propósito hasta la década de los 90. Esta es la categoría en la que entran todas las carceletas provinciales - a excepción de Guayaramerín-, que no entran como dato en la encuesta y que llegan a 72 en todo el país, donde a pesar de los elementos positivos de análisis que resaltamos en muchas por su funcionamiento como cárcel abierta, la miseria se señorea y el olvido es aún mayor. En medio de esta improvisación de gran parte del sistema penitenciario, la realidad más sentida es la ausencia de espacio, ya ni decimos adecuados, que permitan sobrevivir en medio de un terrible hacinamiento, que según fuentes de la propia administración penitenciaria alcanza a nivel nacional a un 92% de exceso de presos en relación a la capacidad del sistema penitenciario. Existen casos patéticos como el de San Pedro de La Paz con alrededor de un 300% de hacinamiento en relación a su capacidad, o de Palmasola con más del 300% de inflación penitenciaria. Aparte que del conjunto de la población penitenciaria nacional el 90% está concentrado en los 19 recintos que se encuentran en las capitales departamentales. En cuanto al número de celdas disponible en el sistema penitenciario, según nuestros datos alcanzan a 1358 que en relación a la actual población penitenciaria de 5200 implica una relación de aproximadamente 4 prisioneros por celda a nivel nacional. Sin embargo, el drama está cuando analizamos los detalles de nuestros datos, por ejemplo, el hecho de que la llamada celda no es la clásica que se muestra en las películas hollywoodenses, con los recursos mínimos y necesarios, más bien la realidad se mueve entre los dos extremos.
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