Universidad Católica Boliviana "San Pablo"
14 INTRODUCCIÓN A través de la historia, la finalidad de las cárceles o prisiones ha ido cambiando, de un simple medio de retención para el que esperaba una condena o pena de muerte, es decir ahora el simple hecho de ser detenido y recluido en una cárcel sin una sentencia es ya una condena, por las condiciones infrahumanas que se vive en esos lugares. Si bien, la Constitución Política del Estado indica que “toda persona sometida a cualquier forma de privación de libertad será tratada con el debido respeto a la dignidad humana”. Es responsabilidad del Estado la reinserción social de las personas privadas de libertad, velar por el respeto de sus derechos, y su retención y custodia en un ambiente adecuado, de acuerdo a la clasificación, naturaleza y gravedad del delito, así como la edad y el sexo de las personas retenidas (CPE, art. 73-74). En Bolivia, las personas privadas de libertad están expuestas y de hecho sufren vulneración a sus derechos desde tres ámbitos: 1) la retardación de justicia, 2) las condiciones en que viven y 3) la discriminación. En el primer ámbito, las cifras revelan que el 84% de presos están sin sentencia. A esto debe sumarse la aplicación de medidas sustitutivas inalcanzables para muchos privados de libertad especialmente sin recursos, domicilio permanente o garantías documentadas. En la cárcel de Palmasola, donde el 90% están como detenidos preventivos, existen casos que llevan hasta seis años en esa condición. El propio Fiscal de Distrito de La Paz ha admitido que en ese departamento hay causas pendientes que datan del 2001. Respecto a las condiciones en que viven los privados de libertad, el problema más visible es el hacinamiento. Un estudio realizado por la Organización de Estados Americanos señala que, a nivel de Latinoamérica, hasta diciembre de 2012, Bolivia tenía el mayor nivel de hacinamiento en sus cárceles después de El Salvador y Haití que presentan un 300% y un 218% de sobrepoblación respectivamente. Por otro lado, datos recientes de la Dirección General de Régimen Penitenciario, en Bolivia el nivel de sobrepoblación carcelaria alcanza al 202% ya que el total de las cárceles están habilitadas para albergar a 4.884 individuos y en la actualidad superan los 14.770. En los centros penitenciarios de las ciudades, el nivel de hacinamiento alcanza ya el 300%. Los casos más graves de hacinamiento se dan en las cárceles de Quillacollo, construida para 30 personas y que actualmente alberga a 320; San Roque de Chuquisaca con capacidad para 60 y actualmente con 402; Palmasola de Santa Cruz que tiene más 5000
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