Universidad Católica Boliviana "San Pablo"
68 Durante el siglo XX en la arquitectura, también fue aplicada buena parte del conocimiento desarrollado por Torres García (1944), mediante el cual se ha forjado la imagen física del Uruguay urbano, en las que resaltan la coherencia estructural, equilibrio formal y consistencia constructiva, ligados a una determinante continuidad de la tradición artística, los cuales caracterizaron a una gran cantidad de edificios singulares y, por tanto, espacios urbanos concebidos durante este período (Frontini, 2018). Por otra parte, como indica Paul Frontini (2018), el hormigón armado ha sido el material que más se ha adecuado a la realidad económica y tecnológica del país en el diseño de las estructuras portantes. Por tanto, ese material no fue utilizado como alarde de los avances estructurales de vanguardia, sino para dotar de homogeneidad, consistencia y viabilidad económica a la construcción de la enorme mayoría de los edificios domésticos e institucionales. Las obras basadas en la gestualidad de sensuales curvas, expresión de un individualismo radical, son inexistentes en el país. En cambio, se han levantado sobrios edificios, pensados con recursos técnicos y materiales similares, que han consolidado una textura urbana de alta riqueza visual, especialmente en las zonas en las que se contó con los medios económicos para su desarrollo. En 1915 fue creada la Facultad de Arquitectura en Montevideo, cuyos estudios, según Antón Gonzales (1996), se realizaban en otra institución. Ambas enseñanzas estuvieron presidiadas por la figura de José Pedro Carré 15 , cuya formación le permitió explicar, la temprana aceptación de la modernidad. La visita de Le Corbusier a Montevideo en 1929 encontró un ambiente propicio para contribuir al desarrollo de la arquitectura moderna. Montevideo quedó caracterizada, en gran parte, por el Art Deco, el racionalismo y sus mezclas. Se hicieron algunos edificios de envergadura metropolitana, como el de la Aduana, proyectado por J. Herrán en 1923, el palacio Lápido, de J. A. Aubriot y R. Valabrega en 1933, de carácter expresionista. Salen a la luz figuras como Mauricio Cravotto y Julio Vilamajó, este último en su momento fue la figura más sobresaliente y autor del edificio moderno que se considera la obra maestra de aquella época, en 1933 la Facultad de Ingeniería, obra de carácter purista (Gonzales, 1996). 15 De nacionalidad francesa, titulado por la Escuela de Bellas Artes de París, en 1907 fue a Montevideo contratado para enseñar arquitectura. De sólida formación académica, era también de una mentalidad abierta que contribuye a explicar, asimismo, la temprana y honda aceptación de la modernidad (Gonzáles, 1996).
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