Universidad Católica Boliviana "San Pablo"
66 de renta de las décadas previas, con pocos signos de deterioro y una resistencia extraordinaria al paso del tiempo, quizás como una muestra más de su consistencia histórica. En contraposición, sí se ve claramente el daño en las fachadas producido por la instalación de equipos de aire acondicionado, rejas y demás protecciones de balcón ubicados de manera individual por cada propietario sin ningún tipo de criterio homogéneo y, menos aún, estético. (Robinsohn & Torrado, 2012, p.12) 2.1.4 Arquitectura en Uruguay según Alberto E. De Betolaza (2014) en Uruguay, la exposición de París y sus pabellones, fueron ampliamente difundidos por las revistas de arquitectura de la época, pero también a nivel popular en publicaciones y difusiones masivas que llegaban al país. La fuerza (…) de las imágenes de la Exposición de París entusiasma, en un primer momento, a todo el ambiente arquitectónico uruguayo (…). Estudiantes y profesionales sucumben ante las nuevas formas a las que, muchas veces recurren debido a su amplia aceptación por parte de una clientela sedienta de nuevas imágenes. (De Betolaza, 2014) Sin embargo, la producción arquitectónica uruguaya durante 1920 y 1930, muchas veces se plantea por la permanencia de un recurso que era el ornamento, dando lugar a estructuras compositivas que se autoproclaman modernas; luego de la Exposición de 1925, y a inicios de los años 30, se empieza a observar un cambio importante en las referencias proyectuales (De Betolaza, 2014). En ese sentido, se desarrolló un lenguaje nuevo, pautado por los ‘cinco puntos de la arquitectura racional’, bajo la consigna de ‘la casa es una máquina de habitar’. Al mismo tiempo, Le Corbusier, en un acto de plena confianza en las posibilidades de la industria, habla de ‘Una casa, un Palacio’ (De Betolaza, 2014). Las consignas de Le Corbusier, apoyadas en las formas desarrolladas, resultaron impactantes para la crítica especializada como para el público en general. Sin embargo, el público mostró un interés limitado, debido a las dificultades de comprensión del simbolismo formal que requería del conocimiento de determinados códigos para ser interpretado (De Betolaza, 2014). Por otra parte, siguiendo las ideas de Le Corbusier planteados en ‘la casa es una máquina de habitar’ y luego ‘una casa, un palacio’, llegó a concluirse como ‘el palacio es una máquina de habitar’. Esta idea está presente en muchas de las realizaciones uruguayas de 1930 y 1940, pero sin las referencias maquinistas, sino más bien retomando fuentes ornamentales que no
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