Universidad Católica Boliviana "San Pablo"

65 de techo a piso como un plano vertical confinado entre los planos horizontales de las losas (Robinsohn & Torrado, 2012). Este plano continuo entre líneas horizontales permite que los tapa rollos de las cortinas de enrollar se integren a las carpinterías como paños fijos de chapa o vidrio opaco. Las nuevas disposiciones del código para las edificaciones, indica que a partir de esa época llevarían una altura útil de 2,60 metros libres entre losas y permitirán voladizos de 1,20m sobre la línea municipal, generando balcones en forma de galerías en semicubierto que servirán de espacio intermedio y de expansión en la relación interior y exterior de las viviendas (Robinsohn & Torrado, 2012; Borthagaray, 2009). La utilización en el diseño de las barandas de pasamanos en madera, en tubos o planchuelas macizas metálicas, vidrios armados esmerilados, chapas perforadas, mallas metálicas, y los característicos macizos verticales de separación constante conformaron la materialización del primer límite de la vivienda con el exterior. La decisión de pintar color negro mate es un elemento que refuerzan la idea de desmaterialización y de perdida de impronta en la composición visual del planteo plástico general del edificio (Robinsohn & Torrado, 2012; Liernur & Aliata, 2004). El factor bioclimático también fue considerado dentro de la arquitectura argentina, donde las cortinas de enrollar fueron otro elemento característico común al general de las soluciones sobre el control solar y oscurecimiento de los vanos. De igual forma, los sistemas de cortina de madera o metálicas con sus guías y tapa rollos conformaron un mismo elemento que permitió transformar el vano en un paño limpio e independiente de losa a losa. No solo se desarrolló y aplicó el sistema de cortinas regulables en madera o aluminio, con varias posibilidades de movimiento, sino también otros muy característicos de la época como los sistemas de cortinas levadizas de chapa de aluminio orientables, las cortinas de enrollar de guías desplazables y la gran variedad de postigos corredizos, levadizos, plegadizos, parasoles verticales, horizontales, fijos, orientables, etc., tanto metálicos como de madera. (Robinsohn & Torrado, 2012). Todos estos filtros de control de sol demuestran un compromiso de los arquitectos con el confort y las condiciones de iluminación, ventilación, oscurecimiento y privacidad. En el mismo sentido y como exponen Gustavo Robinsohn y Martín Torrado (2012): (…) la mayoría de las obras revelan un apreciable estado de conservación, (…) como una continuación del oficio constructivo heredado de los edificios

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