Universidad Católica Boliviana "San Pablo"
51 Estas posturas radicalizadas del “funcionalismo socialista” de las que habló O’ Gorman, Legarreta y Yáñez, testimoniaron la preocupación social de los arquitectos de esta primera fase de la Revolución Mexicana. Fue por ello la región de mayor capacidad de integración de la arquitectura con los procesos políticos, sociales y artísticos del continente. Amparados por el Estado, los funcionalistas pudieron experimentar sus teorías en vastos conjuntos con programas sociales de sanidad, vivienda y de educación de profunda repercusión. Asimismo, la integración con la obra de los muralistas revolucionarios marca una de las propuestas de esta transformación modernista (Gutiérrez & Gutiérrez, 1985). Convirtiendo a México como uno de los impulsores de esta tendencia moderna muy propia del contexto latinoamericano. Las numerosas edificaciones ejecutadas demuestran la fuerza alcanzada por los objetivos sociales contenidos en los temas de la iniciativa estatal (Segre, 1991). En los años cincuenta la producción arquitectónica mexicana tiene como mayor exponente a la Ciudad Universitaria, construida en 1952 en el D.F. de México, por Mario Pani y otros; en el cual logran una síntesis representativa de los valores vigentes de la cultura mexicana (Segre, 1981). Según Mauricio Gómez (1934, p.35), a principios de los años treinta, O’ Gorman apareció como el “combatiente en pro de una arquitectura útil para un México pobre”, y a su vez arremetía contra las tendencias del momento: Siguen las preocupaciones estéticas en los arquitectos fachadógrafos y entonces recurren a las artes decorativas de París, pero son tan faltos de imaginación en su plagio que sólo se les ocurre agregar magueyes, pericos y volcanes para dar a su arte un gran carácter mexicano. (Leduc, 1936) Y centrándose en los problemas de enseñanza, O’ Gorman expresaba lo siguiente: Todos estos grandes errores son debidos a la impreparación de los arquitectos, que disfrazan sus faltas con miel nacionalista. Le dan al público y al Estado edificios de pésimo funcionamiento a cambio de su habilidad para plagiar molduras o elementos completos de edificios de la época de la dominación española. (Leduc, 1936) Las escuelas que O’ Gorman construyó en 1932 marcaron un antes y un después en la arquitectura del país, en la creación de una arquitectura basada en lo esencial. La importancia del contexto y el interés en el diseño integral irrumpieron de manera casi inconsciente en el discurso de la arquitectura de mínimos (Canales, 2008).
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