Universidad Católica Boliviana "San Pablo"
28 granos de café, cigarrillos, cenizas e, incluso, heces de animales. Estas personas son incapaces de distinguir los alimentos de los que no lo son. Se suele dar más en niños de edades comprendidas entre uno a seis años, aunque también puede aparecer en franjas de edades más adultas. Este tipo de trastorno está estrechamente relacionado con la presencia de altos niveles de desnutrición, anemia o desordenes obsesivo-compulsivos. Polifagia: Aumento anormal de la necesidad de comer debido a ciertos trastornos psicológicos o a alteraciones hormonales. Entre las patologías desencadenantes de este trastorno encontramos: bulimia, hipertiroidismo, hipoglucemia, ingesta de algunos relajantes musculares, así como el síndrome premenstrual y otros. También es una de los principales síntomas de la diabetes mellitus. Potomanía : Se clasifica dentro de los trastornos alimenticios de tipo cualitativo, en la subcategoría de exceso y se centra en un deseo de beber grandes cantidades de líquido. Rumiación o Mericismo: Trastorno alimenticio consistente en la regurgitación repetitiva, enviando a la boca alimentos que ya se encuentran en el estómago, con la posterior masticación de los mismos. La persona que lo padece no lo ve como algo desagradable, sino que lo contempla como placentero. Lo habitual pues es que se presente en bebés y raramente en adolescentes. Este problema se asocia a una falta de estimulación, rechazo o estrés. Síndrome del comedor nocturno: Se caracteriza por una ingesta diurna escasa de alimentos o inapetencia y un aumento anormal del apetito o polifagia durante la noche (a menudo asociadas con insomnio y lesión en el hipotálamo).
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